EL GRAN DÍA
MAG
Relato Corto
Sebastián
había despertado ese día con una gran sonrisa. Había esperado casi 5 años para
dar el gran paso, y después de casi 1 año de preparativos, por fin había
llegado el día. Su día tenía que ser perfecto.
Antes
de entrar en el baño para asearse abrió la puerta del armario y vio el esmoquin
blanco que usaría, sonrió abiertamente aunque nadie lo veía. Entró en el baño y
se tomó su tiempo para darse una ducha relajante, lavó su cabello y al salir se
afeitó la incipiente barba que crecía cada día. Se vistió con una camiseta azul
oscuro y unas bermudas beige. Fue hasta la cocina y encontró a sus dos amigos,
Brian y Dylan. Habían ido de fiesta la noche anterior y ambos hombres tenían
resaca. Preparaban jugo de tomate para reponerse.
Sintió
la necesidad de hablar con su amado, pero sus amigos lo persuadieron, seguro
que estaba despertando de su despedida de soltero como él, y tuvo que darles la
razón. Tenían amigos en común, pero también tenían los propios y habían
decidido festejar por separado.
De
todas maneras nada empañaría ese día. Ni siquiera la negativa de su familia de
aceptar su relación. Le había dolido mucho el rechazo de todos, pero más el de
su madre y hermana. Sabía que su padre, al ser tan machista, nunca aceptaría
que alguno de sus hijos fuese homosexual, y por supuesto su hermano mayor
tampoco, ya que eran iguales. Pero nunca esperó que su hermana, la liberal, y
su madre, la consentidora, lo rechazaran de la misma forma. Aun así no dejó de
lado su felicidad, se sentía a gusto con Andrew, siempre había sido así.
Llevaban 5 años juntos y tenían toda la vida para disfrutarse, lo que pensara
el mundo poco importaba.
Tuvo
un desayuno abundante, había bebido mucho la noche anterior y eso había
despertado su apetito voraz, al igual que una buena noche de sexo. Mientras
comía, bromeó con sus amigos recordando anécdotas de la fiesta. No había sido
una despedida de soltero común, en vez de la stripper mujer, típica de las
despedidas de soltero, obviamente habían contratado a un hombre, lo que nadie
pensó era que sería amigo del otro novio, lo que cohibió a mucho.
Después
del desayuno los tres amigos fueron a la casa donde se celebraría la ceremonia.
El jardín de la casa de un amigo común, era el lugar acordado. Una improvisada
capilla y algunas sillas y mesas para la fiesta posterior lo adornaban. Al
llegar, Sebastián buscó con la mirada a su amado, y desde la distancia se
lanzaban besos, tratando de que nadie los viera.
Entre
los dos, sus amigos y familiares de Andrew terminaron de decorar. Solo faltaba
que cada uno se preparara para dar el paso definitivo. Andrew y Sebastián
quedaron a gusto, se les veía muy enamorados y radiantes. La madre de Andrew se
acercó para separarlos un poco de tanto afecto público que se hacían, ella
estaba en contra de que se vieran ese día antes de la ceremonia.
Andrew
entró en la casa y Sebastián regresó a la suya junto a Dylan y Brian con
quienes vivía. Se acostó en su cama mirando al techo, pensando en lo feliz que
era al lado de Andrew, minutos después volvió a ducharse y a afeitarse, a media
que se ponía la camisa y el pantalón su corazón se aceleraba más y más, sabiendo
que la hora se acercaba. Salió casi listo, solo faltaba la flor en el ojal.
Brian se acercó para ponerla, tomó su rostro con sus manos y le dio un beso
tierno en la mejilla, sonrió y le dijo que ya era hora, debían salir o
llegarían tarde.
Brian
y él habían sido novios en la secundaria, lo que sus padres llamaban “experimentar”, ellos lo habían sentido
como “amor”, pero con el tiempo se
dieron cuenta que eran mejores amigos que amantes, por lo que prefirieron
terminar la relación. Ahora, años después, seria Brian quien lo entregaría a
Andrew y eso lo emocionaba. Dylan palmeó su hombro y lo instó a salir.
Llegaron
al jardín donde estaba todo listo, y antes de atravesar el corto pasillo hacia
la improvisada capilla, respiró profundo y se dijo que ese era su gran día. A
medida que caminaba junto a Brian, no apartó la mirada del sonriente Andrew,
éste le guiñó el ojo y señaló hacia las sillas donde Sebastián pudo ver a su
familia. Entonces comprendió que su gran día seria perfecto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario